Spotlight- El
silencio cómplice
Abrir el periódico y empezar
a digerir un sin número de hechos o noticias, alejados de la sensibilidad que
nos permite ser diferentes al resto de la naturaleza, no nos hace mejores
ciudadanos o personas. Estar enterado,
saber de todo, estar al día y conectado, nos puede generar una discapacidad
eterna, más allá de lo físico o mental, es una ausencia tacto humano, solidario
y social. Spotlight, película de Thomas McCarthy es un choque con una verdad
silenciosa, escondida debajo los hábitos de la iglesia, pero que nos hace
pensar más allá, en todos los problemas que atañen a nuestra sociedad.
Esta película estadounidense
retrata los hechos reales de un grupo de periodistas investigativos del
periódico The Boston Globe que en el año 2002 reveló importantes hechos sobre
casos de pederastia en el Estado de Massachusetts. Los comunicadores en una
carrera incansable por la verdad se encontrarán con diversos personajes, muchos
de inmersos en un silencio cómplice que finalmente acaban por aceptar que cada
uno hace parte del problema.
Por siempre existirá la
eterna dicotomía que nos permita elegir en lo que es bueno, lo que es malo, lo
que es ético o no, lo que legal o no o lo que es o no es. Ello converge en la versatilidad del hombre
que discierne según sus intereses y los intereses de los otros. Ese universo de bifurcaciones al interior del
ser humano es mucho más caótico de manera amplia en donde se involucran grupos,
organizaciones, ciudades y sistemas.
La iglesia en sí, la
política, el fútbol, entre otros, son sistemas que viven en nuestra cotidianidad, fomenta fanatismos, y enceguece la criticidad de las personas, dejando atrás
los verdaderos fines. Por esta razón Spotligth más que ser una crítica a la
iglesia, es un llamado de atención a nuestra posición frente a los problemas que
más nos aquejan, y de los que más nos quejamos.
Qué hacemos en contra de los actos corruptos, qué hacemos frente a las
injusticias, al hambre y la desidia, a la muerte? Nada o muy poco. Es la realidad, preferimos morir en un
silencio cómplice a dar un paso certero, que aunque no permita un cabo radical,
si nos daría la satisfacción de haber descruzado nuestros brazos.
Frente a la Iglesia no hay
mucho que decir, conozco mucho de sus entrañas y como sistema suele ser uno de
los organismos más corruptos, injustos y desdeñosos, pero son personas quienes
hacen realidad este órgano. La iglesia al
igual que los grupos políticos, religiosos y armados en general, están
encausados en pensamientos y hechos que desvirtúan los fundamentales.
Spotlight es
una película sobria, tranquila, con pocos momentos visuales de
espectacularidad, pero sus personajes están ampliamente creados, generan controversia
y una acción permanente. Las interpretaciones
son medidas, pero certeras, encierran al
público en una atmósfera disiente, indignada y que motiva a dejar el silencio,
a dejar la complicidad.
La problemática sin duda
continuará, los cánticos y prédicas nos alejan sometiéndonos a una cortina de
humo que nos impedirá ver. Niños, niñas
y adultos seguirán siendo abusados, si la Iglesia no asume su responsabilidad por
el dolor causado desde que Pedro cimentó la primera piedra.
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