La
venganza que te trae de la muerte.
La
venganza desgarra, carcome y sangra en los intestinos. Sentimientos como este que surgen a la luz
natural, son reales y exprimen de la
esencia del hombre lo más humano e inhumano.
El Renacido (The Revenant) dirigida
por Alejandro
González Iñárritu es un deleite de sentimiento, un corrosivo del alma que despliega
un éxtasis visual de la penumbra de la existencia.
Esta
película que de por sí, es un emblema a lo complicado; se inició a rodar en el año 2011 por González, luego de
diferentes intentos de diferentes directores y productores. Esta es la historia adaptada de la Novela de
Michael Punke que trata sobre un
comerciante de pieles Hugh Glass (Leonardo
Di Caprio), quien en cacería es atacado por una Osa, dejándolo prendido de
un hilo de existencia. Glass en estado agonizante presencia la muerte de su hijo y el abandono de sus compañeros en la selva a merced
de todos los peligros y enemigos.
No
se puede negar que Gónzalez Iñárritu ha colonizado la pantalla grande con importantes historias y producciones; como olvidar Amores Perros, 21 Gramos, Babel,
Biutiful y Birdman que le hizo ganador a tres Premios Oscar´s en el 2015. El mexicano
ha logrado no sólo disentir de la existencia humana, la ha burlado, ha
penetrado los sentimientos de hombres y mujeres y ha traducido una sinfonía de realidad
tan nuestra, imposible de negar.
Así
son los personajes de Iñárritu; reales, así tengan superpoderes, así estén en la Patagonia,
Marruecos, Japón o México. Así estén en el cuerpo de otro o simplemente
no estén. Somos cada uno, somos todos,
retratados de manera sincera en cada uno de los filmes.
El
Renacido sin duda fue un reto artístico y técnico para los productores; durante
el rodaje se alcanzaron temperaturas de -30 grados centígrados,
se trasladó la producción por falta de nieve (se inició en Canadá y luego en Argentina), se realizó la producción con luz natural, hecho que combina los sentimientos
de los personajes a los planos estéticos y fotografía implacable.
No
se puede dejar de hablar de Di Caprio quien interpretó a Hugh Glass, una
actuación silenciosa, casi muda, expresiva y penetrante desde su mirada o más
bien de su alma. No sólo se resalta la
escena de la lucha contra una Osa, sino el sufrimiento al ver su hijo morir, el
dolor por cada acción contra su existencia y finalmente los ojos que miran a la
cámara al finalizar la película, dejando la venganza en manos de Dios.
Es
muy posible que el mexicano gane de nuevo la estatuilla como mejor película, es
muy probable que Di Caprio después de cinco intentos lo logre, pero lo que si
es verdad es que El Renacido es un reencuentro con la existencia, con el dolor y
la venganza. Los planos contrapicados, la majestuosidad de las aguas, lo
tenebroso de los bosques y la inhospitalidad de la nieve son alicientes para
que la muerte esté en un segundo plano y que la venganza sin recelo saque lo peor
de nosotros.
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