domingo, 17 de enero de 2016

Spotlight

Spotlight- El silencio cómplice

Abrir el periódico y empezar a digerir un sin número de hechos o noticias, alejados de la sensibilidad que nos permite ser diferentes al resto de la naturaleza, no nos hace mejores ciudadanos o personas.  Estar enterado, saber de todo, estar al día y conectado, nos puede generar una discapacidad eterna, más allá de lo físico o mental, es una ausencia tacto humano, solidario y social.  Spotlight, película de Thomas McCarthy es un choque con una verdad silenciosa, escondida debajo los hábitos de la iglesia, pero que nos hace pensar más allá, en todos los problemas que atañen a nuestra sociedad.



Esta película estadounidense retrata los hechos reales de un grupo de periodistas investigativos del periódico The Boston Globe que en el año 2002 reveló importantes hechos sobre casos de pederastia en el Estado de Massachusetts. Los comunicadores en una carrera incansable por la verdad se encontrarán con diversos personajes, muchos de inmersos en un silencio cómplice que finalmente acaban por aceptar que cada uno hace parte del problema.

Por siempre existirá la eterna dicotomía que nos permita elegir en lo que es bueno, lo que es malo, lo que es ético o no, lo que legal o no o lo que es o no es.  Ello converge en la versatilidad del hombre que discierne según sus intereses y los intereses de los otros.  Ese universo de bifurcaciones al interior del ser humano es mucho más caótico de manera amplia en donde se involucran grupos, organizaciones, ciudades y sistemas. 

La iglesia en sí, la política, el fútbol, entre otros, son sistemas que viven en nuestra cotidianidad, fomenta fanatismos, y enceguece la criticidad de las personas, dejando atrás los verdaderos fines.  Por esta razón Spotligth más que ser una crítica a la iglesia, es un llamado de atención a nuestra posición frente a los problemas que más nos aquejan, y de los que más nos quejamos.  Qué hacemos en contra de los actos corruptos, qué hacemos frente a las injusticias, al hambre y la desidia, a la muerte?  Nada o muy poco.  Es la realidad, preferimos morir en un silencio cómplice a dar un paso certero, que aunque no permita un cabo radical, si nos daría la satisfacción de haber descruzado nuestros brazos.
Frente a la Iglesia no hay mucho que decir, conozco mucho de sus entrañas y como sistema suele ser uno de los organismos más corruptos, injustos y desdeñosos, pero son personas quienes hacen realidad este órgano.  La iglesia al igual que los grupos políticos, religiosos y armados en general, están encausados en pensamientos y hechos que desvirtúan los fundamentales.

Spotlight es una película sobria, tranquila, con pocos momentos visuales de espectacularidad, pero sus personajes están ampliamente creados, generan controversia y una acción permanente.  Las interpretaciones son medidas, pero certeras,  encierran al público en una atmósfera disiente, indignada y que motiva a dejar el silencio, a dejar la complicidad.



La problemática sin duda continuará, los cánticos y prédicas nos alejan sometiéndonos a una cortina de humo que nos impedirá ver.  Niños, niñas y adultos seguirán siendo abusados, si la Iglesia no asume su responsabilidad por el dolor causado desde que Pedro cimentó la primera piedra.


viernes, 15 de enero de 2016

The Revenant – El Renacido

La venganza que te trae de la muerte.



La venganza desgarra, carcome y sangra en los intestinos.  Sentimientos como este que surgen a la luz natural, son reales y  exprimen de la esencia del hombre lo más humano e inhumano.  El Renacido (The Revenant) dirigida por  Alejandro González Iñárritu es un deleite de sentimiento, un corrosivo del alma que despliega un éxtasis visual de la penumbra de la existencia. 

Esta película que de por sí, es un emblema a lo complicado; se inició  a rodar en el año 2011 por González, luego de diferentes intentos de diferentes directores y productores.  Esta es la historia adaptada de la Novela de Michael Punke  que trata sobre un comerciante de pieles Hugh Glass (Leonardo Di Caprio), quien en cacería es atacado por una Osa, dejándolo prendido de un hilo de existencia.  Glass en estado agonizante presencia la muerte de su hijo y el  abandono de sus compañeros en la selva a merced de todos los peligros y enemigos.

No se puede negar que Gónzalez Iñárritu ha colonizado la pantalla grande con importantes historias y producciones; como olvidar Amores Perros, 21 Gramos, Babel, Biutiful y Birdman que le hizo ganador a tres Premios Oscar´s en el 2015. El mexicano ha logrado no sólo disentir de la existencia humana, la ha burlado, ha penetrado los sentimientos de hombres y mujeres y ha traducido una sinfonía de realidad tan nuestra, imposible de negar.

Así son los personajes de Iñárritu; reales,  así tengan superpoderes, así estén en la Patagonia, Marruecos, Japón o México.   Así estén en el cuerpo de otro o simplemente no estén.  Somos cada uno, somos todos, retratados de manera sincera en cada uno de los filmes. 

El Renacido sin duda fue un reto artístico y técnico para los productores; durante el rodaje se alcanzaron temperaturas de -30 grados centígrados, se trasladó la producción por falta de nieve (se inició en Canadá y luego en Argentina), se realizó la producción con luz natural, hecho que combina los sentimientos de los personajes a los planos estéticos y fotografía implacable.


No se puede dejar de hablar de Di Caprio quien interpretó a Hugh Glass, una actuación silenciosa, casi muda, expresiva y penetrante desde su mirada o más bien de su alma.  No sólo se resalta la escena de la lucha contra una Osa, sino el sufrimiento al ver su hijo morir, el dolor por cada acción contra su existencia y finalmente los ojos que miran a la cámara al finalizar la película, dejando la venganza en manos de Dios.


Es muy posible que el mexicano gane de nuevo la estatuilla como mejor película, es muy probable que Di Caprio después de cinco intentos lo logre, pero lo que si es verdad es que El Renacido es un reencuentro con la existencia, con el dolor y la venganza.  Los planos contrapicados, la majestuosidad de las aguas, lo tenebroso de los bosques y la inhospitalidad de la nieve son alicientes para que la muerte esté en un segundo plano y que la venganza sin recelo saque lo peor de nosotros.